Ratas de ciudad
Cuando de pequeña desde mi cómodo sofá veía a Heidi disfrutar de esas maravillosas montañas, sus ovejitas, ese pan recién hecho y esa estupenda cama natural ..yo me decía ...que suerte!
Cuando leía a los poetas escribiendo sobre la naturaleza, deshojando margaritas, sentado sobre una gran piedra y mirando todo un paisaje verde oliendo a heno y comiendo una recién manzana de su árbol natural...yo me decía...que hermoso...
Cuando veía en las películas a la chica dar volteretas sobre la hierba, en un campo precioso de amapolas, bañarse en un pequeño lago, hacer el amor en la orilla ...yo me decía...que excitante...
Cuando actualmente leo blogs y para poner ejemplos bellos dónde aprender de la naturaleza y congratularse, les aconsejo "Paradelas de Coles" y "Arobos" (ambos están en los blogs que sigo, pueden seguirlos a su izquierda, perdón si me olvido de algún otro) dónde disfrutaran del cultivo, de los animales, de la existencia de un antiguo árbol y a veces incluso de sensaciones y olores a tierra mojada
Cuando uno crece en una gran ciudad, todo eso parece una suerte, una hermosura y superexcitante...pero voy a sincerarme, sin que nadie se ofenda...yo...SOY UNA RATA DE CIUDAD...
De pequeña con mis padres iba a la montaña, imagínense el mantelito a cuadros, la tortilla de patatas, la ensalada, carne empanada, etc y yo sentada en medio de una manta controlando todos los bordes de esta por si a alguna hormiga se le ocurría subirse, aniquilarla, matarla, asesinarla y todas las "arlas" que conllevaran que no se acercaran a mí en un radio como mínimo de dos metros....El resto de animales que fueran más grandes que una hormiga ya eran monstruos venidos de otra galaxia, llámense lagartijas, avispas, abejas, o cualquier cosa que se arrastrara o se moviera...a no ser cosas domésticas, perros y gatos.
Cuando crecí...utilizaba palabras como "que bonito", "que paz" pero de pie, por si acaso algo se atreviera a tocarme sin mi permiso...una vez en una acampada nocturna precipitada nos despertamos junto a unas vacas que pastaban y no me parecieron nada dóciles y me miraban de forma extraña...seguramente no les caí nada bien...
También un verano estuvimos en una aldea de León ,creo que había unas 40 casas, el primer día llegamos y dijimos...estupendo esto es lo que necesitábamos, paz!!!
El sitio era bonito, con un camino que recorrías bajo los árboles y te llevaba lo más cerca al cementerio, con sus cipreses esbeltos, imagínense ni un sonido, el ulular del aire en las hojas y el silencio de los muertos ...nada más...
Ni un bar, ni una tienda para comprar una bolsa de patatas fritas, una furgoneta que venía una vez a la semana para comprar lo que necesitaras, leche, carne, bebida....y un autobús que pasaba los viernes para llevarte al mercadillo de la más cercana población...
Gente que no has visto en tu vida te da los buenos días, las buenas noches y lo que tú quieras, eso si pasas de ser Azul a ser la catalana, no sé si para diferenciarme de los otros "extranjeros" apenas tres más o para demostrar que soy algo más seca, no me siento en las puertas de las casas a hablar de lo que sea, soy algo más independiente...y es que quizás no quieren saber que en la ciudad somos así ...cada uno vive en sus casas y hemos perdido ese tipo de cosas compartir...
Yo acostumbraba a levantarme por las mañanas e irme a dar un paseo sola, pero la sensación de que mil ojos te miran, la sensación de que la soledad te acecha, te hace estar mirando a cualquier lugar ...y al cuarto día de tanta paz quieres gritar....QUIERO OIR UN COCHEEEEEEEEEE, QUIERO COMPRAR UN PERIÓDICOOOOOOO, QUIERO VER GENTEEEEEEEEEEEEEE!!!
La verdad es que cuando vuelves, perdonen ustedes por la palabra, pero es una mierda, en una semana te has acostumbrado a dar pasos sigilosos, a no chillar, a oir tus pensamientos y llegas en tren a la estación de Sants (estación de tren principal en Barcelona) el tren se para, no entra en la estación, los niños lloran, la gente se queja, la carretera al lado con tráfico, las voces de los altavoces...y en un minuto toda la calma que llevabas en el cuerpo se vuelve adrenalina, mala leche, nerviosismo y andas buscando las valerianas que habías dejado de tomar....
Y tu vida normal vuelve a empezar, estres, vallas, prohibiciones, música alta, caras raras cuando le dices ..buenos dias! es que claro no saben que llevas una semana acostumbrada a saludar...
Y ustedes se preguntarán a que viene hoy todo esto...
Y es que ayer paseando a mi Dama, me entró un frio horroroso, que me invadió todos los poros de la piel y me quedé congelada y parada ante un ser...
Junto a unos containers de basura, había una rata....aaaag , la ciudad en sus cloacas ya sé que debe tener miles de ratas, pero no se ven...y cuando de repente ...la ves...quizás piensen que exagero, pero para mí es una especie de alien, ya lo dije al principio un ser de otra galaxia...ella me miraba, yo la miraba ...y me imaginé un campo llena de ellas y la piel se me erizaba...
Y pensé..tú en tu sitio, yo en el mío pero algo nos iguala ...ambas de un modo u otro ....somos ratas de ciudad...
Un saludo
La naturaleza es hermosa, lo es todo, simplemente es que no estoy acostumbrada...y a pesar de todo lo que he dicho, envidio toda la naturalidad y hay cosas que me traería aquí...fíjense en lo que he dicho....me las traería aquí...
Un amigo de la blogosfera cumple hoy dos años...su blog se llama UNA ROSA EN EL DESIERTO...también está a la izquierda ...quien quiera conocerlo y felicitarlo...ya saben ....Un beso
22 comentarios:
Jajajaja
¡me encantò tu relato!!!
Me encanta el campo, los insectos no, para eso uso todos los repenetes que existen, pero adoro el silencio, la paz y la cordialidad de la gente, y sin ser catalana jajaja tampoco soy de ir a un sitio a intimar con todos relatando pormenores de mi vida, pero sì disfruto de esa paz, de la ambilidad y la paz de esas personas, yo dejarìa el obelisco y las bocinas y me irìa al campo ahora mismo si no estuviese atada a unaos temas que siempre se resuelven en la ciudad.
Besotes ratita jajaja
Me he sentido reflejada en tu relato , jajajaja a mi me pasa exactamente lo mismo en el campo, me encanta la naturaleza, pero quizás no tan natural jajaja.
Sé que somos ratas de ciudad, aunque yo ya hace tiempo que soy pueblerina, los pueblos también han perdido esa naturalidad, sobre todo los pueblos grandes como en el que vivo yo.
Me ha gustado mucho como describes todo, la verdad es que me tienes acostumbrada a ello. Buen post.
Besitos primita.
Un abrazo, Azul querida.
Fliez verano!!
Muy buen relato, y muy cierto.
Yo nací y me crié en Madrid capital.
Hace 6 años y después de.....la torta de años, me vine a un pueblo que desde entonces ha crecido bastante, nada que ver con el que tu describes, pero se vive mas tranquilo.
Yo amo la tranquilidad, a diferencia de hace años, que necesitaba el barullo de la gente, debe de ser la edad, jeje.
A veces me voy a pasear por la parte antigua del pueblo, por entre esas casas que desprenden ese olor, a pueblo pueblo, y me encanta, porque regreso a mi casa y tengo todas las comodidades a pocos metros y no deja de ser un pueblo.
Yo una noche me encontré de frente una rata cuando vivía en Madrid, se quedó fijamente mirando a mi con los ojos rojos, fue algo expeluznante, porque no hay nada en el mundo que me de mas pavor y asco.
Ni de ciudad ni de campo, las ratas cuanto mas lejos mejor.
Tu no eres rata de ciudad, eres mas bien una princesa.
Besos.
Gracias por mencionarme, Azul, pero te diré que yo...hago trampa: vivo en el campo, a ocho kilómetros de la ciudad. Todos los días voy a trabajar a la ciudad. Y, si quiero, me quedo, puedo ir al cine, al teatro, a la compra...No necesito que venga la furgoneta con la mercancía.
Y, si ando doscientos metros, me siento en silencio en una piedra y, allá abajo, a mis pies, está la ciudad.
Pero, yo soy una ratoncita campera.
Mi querida Azulita.
Una rata de ciudad, es un texto muy bueno, lleno de humor. Me haces reir.
Me gusta leer tu escrita. Maravilloso.
Besitos
Victor Gil
Vivir en todo. tus escritos es maravilloso.. cuando se identifica en ellos..
un placer pasar por tu espacio..
Un abrazo
Saludos fraternos..
Hola azul,
Es muy cierto lo que cuentas!!Y como tu señalas, llevamos tan en la piel la condición de rata de ciudad, que hasta negamos la existencia de otros seres vivos sobre esta bendita tierra!!
Mientras leía tu narrativa, me imaginaba mis planificadas vacaciones, que serán para abril o mayo, en esta ocasión decidimos "naturaleza viva" Comenzaremos por la provincia de Entre Ríos, donde el verde y sus diferentes tonalidades es la vedette, luego seguiremos viaje a la Provincia de Corrientes, tierra del Gral. San Martín, donde tambien hay verde y muchos seres vivos diferentes a nosotros, jejeje (otro tipo de animalitos) para luego pasar a Misiones destacable por su tierra colorada y sus bellísimas cataratas. Pero vieras que fastidio tener que esperar una vez en todo el año para poder conectarte con lo natural y lo bello.
Un abrazo fuerte.
Yo, cuando voy al pueblo, y paso una temporada larga allí, extraño mucho la ciudad, que es donde nací y me crié.
Imagino que todos tendremos gustos diferentes. Los pueblos me gustan para un mes, como mucho tres.
Tienes un regalo en mi blog.
Un beso.
jejejejej Azul, así es. A mi me encanta esa paz del campo, de la montaña ... pero también me gusta la ciudad, y más me vale, porque vivo en ella y siempre he vivido en ella, lo del campito es para fines de semana, senderismo, veranos, en fin. Pero reconozco que eso de que no exista un sítio donde te puedas tomar una cañita a gusto o comprar una bolsa de patatas como dices tu, uff. Sea como sea, lo mejor es compartir tiempo, aquí y allí.
Me rio mucho con tus escritos.
Besazo
Jacquie.
Jejejejejejejeje, perdona q me ria, jejeje,pero es q...tienes un arte!...pues no q parece q te esty viendo frente a la rata con los pelos de punta!!!, jejejejeje. Te pareces a mi hija, ella va camino de los 23, a mi me encanta la naturaleza...y a vosotras una hormiga parece q os come!!!!.jejejje, pareceis gemelas...pero veamos lo bueno de la ciudad...tenemos museos, cines, kioskos para pipas,caramelos, periódiocos...no me digas q en Sant Jordy no se pone la Rambla preciosa!!!!, hace años q no voy, pero la imagen no se me borra. Un besote...y mira antes de acostarte debajo de la cama, cerca del comedero de tu mascota...lo mismo tienes visita!....jejejej, q mala soy!. Uru.
Gracias, Azul, por mencionarme. Yo soy una ardilla del bosque. Pero aunque vivo en un pueblo, tengo ciudades a poca distancia. Disfruto de las cosas que te ofrece la ciudad cuando me apetece; pero no la cambio por la paz del campo, esa que a ti tanto de enerva. Un saludo.
Qué ameno tu relato, siempre eres muy entretenida. Bueno las ratas son francamente temibles una vez vi una que se paro en dos patas mostrándome las fauces lo único que hice fue darle un patadón (felizmente tenía botas de motociclista) y la agarré a patadones (aquí a la patada le decimos taba)entonces la agarré a tabazos hasta que la maté. Son muy peligrosas. Un abrazo.
Te leía y me preguntaba hacia donde me llevabas...Por cierto,
hablas igual que escribes? jeje.
Es que me embobo leyendote, igual que me embobaria oirte. Eres tan natural como la naturaleza que relatas!
Muaks.
Te comprendo muy bien, yo también soy un poco rata de ciudad pero me siento muy a gusto en el campo, de hecho vivo en un pueblo pero eso si, exijo tener un coche a la puerta para poder ir a la ciudad, me encanta ir de compras, pasear por sus calles, pero cuando me canso me meto en el coche y me vengo a la tranquilidad de mi pueblo, oir los pajaritos por la mañana es placer de dioses, besitos queridad Azul
Pues yo soy una rata a dos aguas:)
Quiero decir que me encanta el campo, eso sí, los bichejos bien lejos de mi, y me gusta la ciudad, claro que la ciudad donde vivo que, pese a ser un pueblo, hay de todo y la capital a 5 minutos. Así cualquiera, no?
Abrazos
YO también soy una rata de ciudad, o como se dice por aquí. Un urbanita
Un beso enorme
Rampy
Que buena reflexion y experiencia. Me recordaste mis estancias en la aldea de mis abuelos de niño pero ¡que duro era todo aquello!, cuando ayudaba me salian apollas en las manos, me destrozaba los pies por los montes, las gallinas no se dejaban coger facilmente, la leche no sale como asi de la ubre, etc...que dias aquellos. quien volviera a ellos y lo de las ratas, no te proecupes, millones, mas que nosotros que ya es decir, esperan su momento....un fuerte abarzo.
Hola Azul, te comprendo ferfectamente, personalmente si tengo que elegir ahora en mi madurez me quedo con el campo y la playa, teniendo mi ciudad Barcelona cerca, para perderme ( como hice ayer con Manolo) por el centro una mañana soleada.
Besos
¡Genial! la descripción de la aldea de León inspira calma ¡que gusto! Y lo de las ratas ....... ¡no puedo con ellas! son horrorosas, sucias, ... ¡argggggg! Como sabes vivo en un pueblo de la sierra de Madrid ¡que tranquilidad! pero claro, aquí ves cosas que en la ciudad pasan desapercibidas y una de esas cosas ¡son ratas! en alguna obra, en algún contenedor antes de que lo vacíen, etc. Así es que yo voy mirando al frente o al cielo por si acaso.
Un abrazo enorme.
PD. Por cierto, anteayer te dejé un mensaje de que pasaras por mi blog y no se si lo habrás visto, pero es que hay algo para ti.
Yo también soy una rata de ciudad Azul, pero disfruto mucho cuando tengo días para disfrutar de la paz y sobre todo de la belleza que nos aporta la naturaleza. Te renuevas, recargas energías y te llenas de vida. Naturalmente por un espacio de tiempo determinado. Un abrazo muy grande y feliz domingo
Pues yo soy justo al contrario, rata de campo y de naturaleza, las ciudades me gustan para visitarlas pero quizás tantos años viviendo en una tan grande y caótica aunque preciosa y ceo que especialmente por mi trabajo, ya tengo ganas de vivir en un sitio tranquilo rodeada de bichitos que me encantan
me gustó el relato
un beso
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