Hugo y el adios a su abuelo

Hugo nuestro pequeño de ocho años, ayer sabía que pasaba algo, la cara de su tía, dónde iba a pasar unos días de vacaciones le decían que no estaba muy alegre, y las llamadas telefónicas con los susurros le ponían nervioso...

A media tarde vino su padre...

Lo encontró serio...su padre que siempre andaba con él de cachondeo...
Hubo un momento que se quedaron en el comedor solos y su padre, después de que su hermano pequeño se quedara dormido y su tía andaba en la cocina fregando platos le dijo Hugo ven y hablamos...

_Tengo que decirte algo...

Los ojos serenos de su padre, pero tristes , le hicieron ponerse en alerta...a veces cuando había sido algo malo en el cole le hacía sentir lo mismo, hizo un rápido repaso a los últimos días y no se sentía para nada culpable, así que no sabía a que venía esto..

_Hugo, el abuelo se ha marchado..

_A dónde?

_Al cielo...el abuelo se ha muerto...

Hugo se quedó parado...la muerte para un niño de ocho años, puede ser algo abstracto...

Pero Hugo como cualquier niño del siglo XXI había visto muchas películas y escuchado algunas conversaciones y sabía que la muerte era por un tiro caerse al suelo y no volver a levantarse, dormirse en una cama y no volver a decir nada, dormirse para siempre...peor que la Bella Durmiente en el cuento que le contaba su madre a Sara...

Solo preguntó:
_Dónde está el abuelo?

Su padre muy despacito, le dijo:

_Quieres verlo?

Y Hugo dijo que si...

Por la tarde se juntaron toda la familia en el tanatorio, de pequeños solo andaba Hugo, cogido a la mano de su padre y entrando en una sala llena de flores y de gente que hablaba en susurros...

En la primera sala vio a su abuela callada, junto a ella a su madre que tenía los ojos chiquitos de tanto llorar...y como un hombre entró en la sala dónde estaba el "avi"...

Estaba en una urna de cristal, como la Bella Durmiente, con el traje que había llevado en el bautizo de Sara hace nada...estaba guapo, relajado , con la piel muy fina, con los ojos cerrados y las manos entrelazadas...sintió una mezcolanza como que le habían engañado, su abuelo no estaba muerto, se había quedado dormido... pero la situación era rara....

Se acercó al cristal, pegando su cara...

_Abuelo...despierta!!! que he venido a verte...nos iremos a charlar con tus amigos al parque de la Guinaueta como muchas veces y nos comeremos juntos unas migas de esas que te gustan tanto y yo odio que hace la abuela...

Y Hugo supo lo que era la muerte...la nada, la falta de respuesta, la soledad en el corazón y se agarró a la pernera de su padre escondiendo la cabeza...

SILENCIO...

Dejemos, por favor ...un minuto de silencio, por el alma del abuelo que se lleva la inocencia de Hugo ...

Su abuelo anda en espíritu por la sala, como cuando hablamos del Alma de Azul y abraza a su nieto , aunque él no siente nada...

Su padre se lo lleva del lugar, se van a la cafetería a tomarse una naranjada y Hugo le da a su padre unos cromos de futbolistas del Barça y unas canicas pidiéndole si podría metérselas en la urna al abuelo, para que se las llevará con él a dónde se vaya...

Hoy ya no está el abuelo, no han dejado a Hugo ver dónde se marchaba...

Cuando ha llegado la familia, él ha estado calladito y se ha comido toda la asquerosa menestra de verdura que le ha hecho la abuela, sin decir palabra...

Su abuela muy triste, le ha preguntado si estaba bien y él no ha sabido apenas que responder, marchándose a la habitación a buscar unas cosas que alguien había dejado hace nada en unas cajas..

Ahora Hugo está sentado en las piernas de su padre en el sofá, escondiendo la cabeza abrazado a su cuello...

De su mano cuelga el bastón del abuelo y en sus piernas la boina que tapaba su apenas pelo....

Hugo piensa en las tantas batallas de su abuelo, cuando era niño y comía pieles de patatas porque no había apenas nada, cuando en la guerra tenía miedo...

Y echa de menos la voz del abuelo, el abrazo tímido del hombre fuerte que le llamaba nieto...

Y llora silenciosamente no como un niño de ocho años, sino como un bebé y va quedando en nada, durmiendo en los brazos de su padre, soñando con su abuelo....

Lo acuestan en la cama, de vez en cuando lo oyen suspirar entre sueños...

Dejémosle dormir...que descanse...dentro de un tiempo el dolor será un mal sueño ...y le quedaran los bonitos recuerdos...

En la casa hoy se queda el silencio...

Un saludo