Sentado en el sillón, con las piernas estiradas en alto, frente a la chimenea encendida, oyendo el crepitar del fuego y viendo a través del cristal la primera nevada...
Descansando el libro en la mesita de al lado, Ken Follet le habla a través de las hojas de La caida de los gigantes...
A los 78 años es gratificante seguir con buenas costumbres, como no dejar de leer y encontrar libros que estás buscando la hora para volver a tenerlos entre las manos y descubriendo lo que le ocurren a los personajes y se pase mucho tiempo sin darte cuenta...
Hace mucho, cuando no tenía tiempo para casi mirarse al espejo, por su trabajo de viajante, aprendió que su mejor amigo era un libro, aunque también disfrutaba de otras cosas, todo en la vida a veces viene a su debido momento..
Cierra los ojos, mientras le da una calada al cigarro, fuma cinco cigarros al día tampoco es tanto, ya sabe que en algún momento también tendrá que dejarlo, pero ya saben...mientras el cuerpo aguante ...
Si piensa en el pasado, reconoce que hizo excesos, pero oye que le quiten lo "bailao"
A veces se recrea en tantas mujeres que recuerda desnudas a su lado, en camas, no siempre bonitas en habitaciones de hotel ...
Algún amor también descubrió en ellas, pero no lo suficientemente importantes, para dejar de ser quien era...
Algunos amigos y sobretodo mujeres le llamaron egoista, quién sabe, seguramente si, pero cada uno ve la vida de diferente manera...
No necesitó echar raices, ni tener un hijo, ni tener más dinero del que necesitará para el día a día , ni volver a casa y le esperará una mujer que a su manera le mimara...
Solo una vez se planteó que quizás había llegado el momento, fue en un pueblo de Cantabria, cuando la vió en aquel baile en la calle, vendiendo roscos de azúcar y anís , sonriendo, le apeteció darle un beso...
Y la invitó a bailar, a cenar .....ya eran ambos maduros para después plantearse algo más...aunque ya saben estas cosas en los pueblos estaban mal miradas, se viva en el siglo que se viva
Asi que nos fuimos a un pueblo cercano, dónde no nos conocían y en una habitación sencilla nos metimos algo más que mano...
Estirado en la cama, la fue viendo como se iba desnudando, ya tenía una edad, que el pecho no estaba tan firme, cosas que él ahora tampoco le hacía tanto caso, él también había perdido físico, pero seguia siendo un ser humano con deseos ...así que la cogió por la cintura y la estiró en la cama y mientras la besaba, le acariciaba la entrepierna y se dejaba llevar por los gemidos de la cántabra
Aquel deseo duró bastante tiempo, o quizás no, el justo para acabar la función que le había hecho ir a ese pueblo...y se planteó quedarse ...pero le dió miedo, un miedo extraño a lo desconocido, a no saber si sabría cuidar a alguien para siempre, a hacer daño y se puso excusas de que quizás despertarse en un infierno y la dejo sin una explicación ...
Le decían que quizás había sido siempre un egoista y él se descubrió cobarde ...
Pero quizás eso lo vio cuando se vio viejo y solo ...pero eran solo algunos momentos de flaqueza ..
Se agarraba a su forma de ser y a sus costumbres que le hacían de alguna manera enraizarse a la vida , su paseo matutino, su periódico y café con leche en el bar de la plaza del ayuntamiento ...alguna vez hablaba con Gerardo , un hombre de su edad también soltero con el que hablaba de política y sociedad sin necesidad de oir hablar de esposas o nietos ...
A veces pensaba que algunas personas cuando creaban familia, se convertían en monotema y también veia en algunos ojos cansados, un poco de tristeza como pensando en lo que habían sido y lo que eran , o eso quería él ver para sentirse bien consigo mismo ...
De vez en cuando, se veía con la Merche, una mujer de buen ver, que le hacía volver a sentir el olor a hembra, sin explicaciones , sin promesas de por medio...
Se había quedado medio dormido en el sillón, ensimismado en sus recuerdos y oyó una voz..
Señor Arturo, vayase ya a dormir, que está cogiendo mala posición y mañana le doleran las cervicales ..
Era Asunción la cuidadora de noche de la residencia, de unos veintitantos años, que cogió la taza de te y salía de la habitación mientras él le miraba el contoneo , ay ! quien tuviera unos años menos...
Y es que quien tuvo retuvo ...
Se levantó y se dirigió a la habitación, ves ? se dijo a si mismo, hiciste bien en no crear una familia, no era hombre de una sola mujer, era su opción ..
Quizás mañana iria a buscar a Merche ...uy se dejó el libro en la mesita, volvió a buscarlo, de momento esa noche dormiría como las últimas noches con Ken Follet
Un saludo
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